Entregando tu Corazón

Entregando tu Corazón

Cuando se le preguntó, Jesús dijo que el primero y principal mandamiento es de amar a Dios con todo el corazón, fuerza, alma y pensamiento.

En mi primer año de impartir clases en escuela secundaria. Tenía a un estudiante de nombre Ernesto. Ernesto estaba reprobando, faltaba a clases a menudo y cuando asistía era como que había firmado la salida aún sin haber llegado a la escuela – ni siquiera lo intentaba. Él decía “Yo estoy aquí porque tengo que estar aquí” esa era el tipo de actitud que tenía. Finalmente tuve el valor de llamar a su mamá y ella vino a hablar conmigo. Después de una larga conversación que se sentía sin ningún progreso, ella dijo, “Ernesto no está recibiendo ningún beneficio de su clase.” Bien frustrado contesté, “Pero Ernesto no está poniendo de su parte en mi clase.” Después de eso Ernesto cambio de clase y decidió tomar clases de Latín.

¿Has notado que tendemos a poner lo máximo a aquellas cosas que nos interesa más, cosas que amamos, cosas que atesoramos?

Es igualmente verdad de que si te importa algo o alguien a quien puedas poner tu corazón y tu alma, se convierte en algo abundante y gratificante. Piensa acerca de un trabajo o de una relación. Si damos solamente mitad de nuestro corazón nunca llegaremos a experimentar realmente la plenitud de lo que pudiese ser.

Esto también es verdad con nuestra fe, ¿no es así? Cuando dedicamos tiempo para la oración y la alabanza, cuando damos y cuando servimos, nuestra fe está más viva con frecuencia, y es una fuente a la cual podremos recurrir.

Hoy, rezo para que la plenitud de la paz de Dios descanse sobre ti. Que conozcas el amor de Dios y el perdón y la esperanza en lo más profundo de tu ser. Y que tú puedas responder con todo tu corazón, alma, fuerza y mente.

La oración de hoy fue escrita por mi amigo el Rev. Roger Kunkel, q.e.p.d. Oremos: Asombroso Dios de las montañas y valles, de la luz del sol y de las tormentas eléctricas, de los altos árboles de pino que están en el bosque y del florecimiento, en el suelo del bosque, de la humilde flor de raspilla, o el ronroneo de los gatos y el ronquido de los perros, de palomitas de maíz y de pizza, te agradecemos por el regalo del día de hoy que no es como cualquier otro día. Perdónanos cuando no pensamos en ti y ayúdanos a encontrar nuevamente el camino hacia quienes somos realmente en ti, y de regocijarnos de tu salvación, a través de Jesucristo nuestro Señor. Amen.

 

¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!

Daily Message Author: Joe Albright

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