Empieza con Nosotros
El Autor y Pastor Max Lucado me contó una historia acerca del día en que su esposa trajo a casa un mono. Sus hijas estaban emocionadas, pero él no. Él tenía todo tipo de preguntas. ¿Dónde comería el mono? Su esposa dijo que iba a sentarse a la mesa y comer con ellos, al igual como el resto de la familia. Y entonces le pregunto ¿dónde iba a dormir? Y ella le dijo que iba a dormir en la cama de ellos. Entonces él preguntó, “pero ¿qué hay del olor?” Y ella dijo, “Oh, él se va a acostumbrar a ti. Y me acostumbré.”
Lucado continúo diciendo, “Antes de comentar sobre el olor de alguien más, revisa primero tú propio olor.”
Esto me hace recordar que, en nuestras propias relaciones, cuando las cosas no van bien, es muy fácil señalar. Es muy fácil lanzar la culpa a los demás sin tener que mirar nuestras propias acciones.
Jesús dijo, “¿Por qué te fijas en la astilla que tiene tú prójimo en el ojo y no le das importancia a la viga que tienes en el tuyo?… primero extrae la viga de tus propios ojos, y después verás claramente como quitar la astilla de los ojos de tu prójimo.”
Nosotros queremos que otros nos amen incondicionalmente. Nosotros a menudo necesitamos su perdón y gracia. Nosotros apreciamos cuando nos escuchan y cuando se interesan por nosotros. Sin embargo, esas cosas deben de empezar con nosotros.
Oremos: Dios de Gracia, te damos gracias por aquellos cercanos a nosotros, nuestros amigos, nuestros seres queridos, nuestros protectores. A pesar de sus faltas e imperfecciones, los amamos profundamente. A pesar de nuestras imperfecciones que ellos también nos amen profundamente. Hoy, ayúdanos a tratarlos con la más profunda gracia. Si hay necesidad de perdón o reconciliación, danos el valor de ser los primeros en hacer las paces. Lo pedimos en el nombre de Jesús. Amen.
¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!