¡Voy a Despertar el Alba!

El Capítulo 108 de Salmos empieza así:

Firme está, oh Dios, mi corazón;
¡Voy a cantar salmos, gloria mía!
¡Despierten, arpa y lira!
¡Haré despertar al nuevo día!
Te alabaré, Señor, entre los pueblos;
Te cantaré salmos entre las naciones.
Pues tu amor es tan grande que rebasa los cielos;
¡Tu verdad llega hasta el firmamento!

¡Que hermosa forma de empezar el día!

Para muchos de nosotros, el tiempo de las mañanas es un tiempo de alarmas de relojes y de niños cansados, empacando el almuerzo y luchando para ponerse en movimiento y salir por la puerta. Para otros, es difícil levantarse de la cama; dolores de hueso y de músculos hacen difícil ponerse en movimiento. Para otros aún, la desesperanza puede ser paralizante.

C.S. Lewis tiene algunas reflexiones de gran alcance en este tema. El escribió, “Desde el momento que te despiertas en la mañana, todos tus deseos y esperanzas del día van hacia ti con una prisa como los animales salvajes. Y el primer trabajo cada mañana consiste en empujar todo de vuelta; en escuchar esa otra voz, tomando ese otro punto de vista, permitiendo que ese otro, más grande, fuerte, y que la vida más silenciosa fluya hacia dentro.

Mi oración para cada uno de ustedes, con la primera luz del día, es que puedas hacer una pausa por un momento, dar gracias por el nuevo día y abre tu corazón nuevamente a la fuerza y misericordia de Dios.

Oremos: Te alabamos, oh Dios, por tus misericordias que son nuevas cada mañana.
Concédenos un corazón que cantará en respuesta. Amén.

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