Teología de Perros y Gatos
Permítanme decirles lo agradecidos que estamos con aquellos que hacen donaciones que permiten que este ministerio llegue a tantos. Tu generoso apoyo es un verdadero regalo del cielo.
Es posible que haya oído hablar de la “Teología del Perro” versus “Teología del Gato.” En la Teología del Perro, el perro piensa: “Tú me alimentas. Tú me acaricias y Tú me proteges. Tú me amas. ¡Tú debes ser Dios!” En la “Teología del Gato” el gato piensa: “Tú me alimentas. Tú me acaricias. Tú me proteges. Tú me amas. Yo debo ser Dios.”
Amigos de Dial Hope (Digita Esperanza), ¡Yo espero que no sucumbas a la teología del perro o la teología del gato! Aunque puede ser tentador ponernos a nosotros mismos u otra persona en un pedestal como ese, esperar que otra persona pueda salvarnos o completarnos o hacernos íntegros – es una locura. Es igualmente loco esperar que, con pura fuerza de voluntad, nosotros mismos podemos solucionar todos los problemas o hacer que todo salga a nuestra manera.
No estamos a cargo ni tenemos el control del mundo. Dios sí. No tenemos que asumir ese peso. Y no tenemos que poner ese peso en los demás: no en nuestro cónyuge, nuestro hijo, nuestro pastor, nuestro doctor o nuestros amigos más cercanos. Hoy, pongamos nuestra confianza y esperanza en Dios que ha prometido nunca dejarnos ni desampararnos.
Oremos: Dios, concédeme la serenidad para aceptar lo que no puedo cambiar. Concédeme el valor para cambiar las cosas que puedo cambiar y la sabiduría para reconocer la diferencia. Amén.
¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!
