Las Cosas Pueden Cambiar
Norman Vincent Peale contó acerca de una charla en una conferencia Metodista en Atlanta, Georgia. En su mensaje, Peale dijo que creía que Jesucristo podía entrar en la vida de alguien y cambiarla, sin importar lo imposible que pareciera.
Después de la presentación, cuando él y los otros predicadores estaban reunidos en la oficina del ministro de la palabra, un hombre de aspecto algo desaliñado entró a verlo. Estaba sin afeitar, sucio, mal vestido y con aliento alcohólico. Y le preguntó a Peale, “¿De verdad crees que Jesús puede ayudarme?”
“Sin lugar a Dudas”, respondió Peale. Entonces el hombre preguntó si orarían con él.
Así que los ministros oraron con el hombre. Cuando salió, uno de los pastores invitados dijo, con un poco de pena, “Si ese hombre cambia, todos estaremos sorprendidos, ¿verdad que sí?”
Seis meses más tarde, Peale dijo que estaba sentado en el vestíbulo de un hotel en Clearwater, Florida, cuando vio a un hombre que venía hacia él, tomado de la mano con dos niñas. El hombre estaba bien vestido, y sus hijas eran bonitas y bien educadas. Al principio Peale no sabía quién era, pero cuando se acercó, reconoció al hombre de Atlanta. Era el mismo hombre que le había solicitado ayuda. Sólo que esta vez había una sonrisa en su rostro, cuando le extendió la mano para saludarlo. Peale dijo que era uno de los encuentros más emotivos e inolvidables de su vida.
En mi propia vida, he visto a Dios hacer milagros. He visto vidas transformadas y cambiadas. Sé lo que es posible. Así que trato de nunca perder la esperanza. Que también nunca pierdas la esperanza. La forma en que las cosas son no es la forma en que tienen que ser. ¡Con Dios está el poder de sanar, redimir, de obrar y salvar!
Oremos: Dios amoroso y misericordioso, te damos las gracias por vidas cambiadas, nuevos comienzos, heridas sanadas, y corazones frescos. Sabemos que contigo todas las cosas son posibles. Así que elevamos a ti, el día de hoy, a aquellas personas en nuestras vidas que sabemos que necesitan de tu gracia sanadora. Los confiamos a tus cuidados, en el nombre de Jesús. Amén.
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