Espíritu Abundante

Espíritu Abundante

El mensaje de hoy fue escrito por mi amigo, el Reverendo Roger Kunkel, q.e.p.d., fundador de Dial Hope (Digita Esperanza).

Uno de los mejores cumplidos que podemos darle a alguien es llamarlo una persona magnánima. ¿Qué significa eso? Bueno, es la palabra del millón para un espíritu abundante.

El diccionario define la magnanimidad como: “Que muestra grandeza de ánimo”. La magnanimidad es ser gentil, amable, elevarse por encima de la mezquindad o egoísmo, indulgente y generoso que no se centra en las heridas e insultos. Vemos magnanimidad en estos famosos poemas de Edwin Markham:

“Trazó él un círculo y me excluyó;
como hereje y rebelde a quien despreció.
Con amor e ingenio al final vencí:
“¡Tracé yo otro círculo y le incluí!”

Vemos magnanimidad en Booker T. Washington, el gran educador afroamericano. Un día, cuando el profesor Washington caminaba hacia el trabajo en el Instituto Tuskegee en Alabama, él pasó cerca de la mansión de una mujer adinerada. La mujer sin reconocerlo, le gritó: “¡Oye tú! ¡Ven acá! ¡Yo necesito un poco de madera cortada!” Sin decir una palabra, el Dr. Washington se quitó la chaqueta, recogió el hacha, y se fue a trabajar. Él no solo cortó una gran pila de madera, él también llevó la leña a la casa de la mujer y acomodó la leña cuidadosamente.

Apenas se había ido cuando un sirviente le dijo a la mujer: “¡Supongo que no lo reconoció, señora, ese fue el profesor Washington!” Avergonzada y apenada, la mujer se apresuró al Instituto Tuskegee para disculparse. Booker T. Washington respondió: “No hay necesidad de disculparse, señora. ¡Estoy encantado de hacerle favores a una amiga!” ¡Eso es magnanimidad!

Hoy significa ser alegre cuando es difícil ser alegre y paciente cuando es difícil ser paciente. Por supuesto, vemos el mejor retrato de la magnanimidad en Jesucristo. Él lo enseño en el Sermón en el Monte: “Llévale a dos kilómetros…deja la capa y déjale también la camisa…oren por quienes los persiguen…sean misericordiosos, como su Padre celestial.” Jesús no solo lo enseñó y habló de ellos. Él vivió de esa manera. En la cruz, Jesús oró: “¡Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen!”

Oremos: Amado Dios, no nos detienen las decepciones, ni nos frustra el desastre. La vida sigue brotando de las cenizas de la muerte. El sol de la mañana ilumina la oscuridad de la noche. Es esta fe la que afirma el valor de todo ser humano, la que se niega a aceptar las cosas cuando se pueden mejorar. Que podamos despertar cada día con una oración en nuestros labios y tu amor en nuestros corazones. Ayúdanos a hacer de este día una obra maestra, en el nombre de Jesús. Amén.

¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!

 

Daily Message Author: El Rev. Dr. Roger Kunkel

(November 24, 1934 – June 29, 2011) Biografía

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