Nuestra Necesidad Común

En la novela “The Great Hunger” (La Gran Hambruna), un extraño se muda a una pequeña comunidad agrícola. Él inmediatamente puso un letrero de “propiedad privada”, y rechazó cualquier esfuerzo de amistad de sus nuevos vecinos. Un día, una pequeña niña de la ciudad se arrastró por debajo de la cerca para acariciar al perro, pero el perro es cruel y termina matando a la niña.

Por supuesto, la ira se extendió por todo el pequeño pueblo. Cuando el extraño fue a la ciudad, nadie hablaba con él, y los empleados de la tienda se negaban a atenderlo. Cuando llegaba la primavera, nadie le vendía semillas.

Al final, el padre de la niña que fue asesinada se acercó y sembró las semillas en el campo del extraño. Este acto de bondad fue demasiado para el extraño angustiado. “¿Por qué tú, de todas las personas?” Él preguntó. El padre respondió: “Para mantener vivo a Dios en mi corazón.”

No sé cómo el padre podría haber encontrado la fuerza para corresponder con amor. Pero sí sé que todos compartimos la necesidad humana básica del perdón. Y todos compartimos la necesidad de poder perdonar. Buscar venganza o incluso aferrarse a la enemistad y al odio es encarcelar nuestros propios corazones y destruye nuestras propias almas. Por otro lado, perdonar es dejar espacio a la gracia de Dios para sanar nuestras vidas.

Oremos: Amado Dios, te damos las gracias por tu amor, tu perdón, tu misericordia y tu gracia. Ayúdanos a vivir en tu luz. Danos la fuerza y el valor para perdonar a como hemos sido perdonados. Mantennos abiertos a tu sanación y a una vida nueva y abundante. Amén.

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