Arraigando Nuestras Vidas en el Camino
Algunas personas tienen dificultades para pedir direcciones cuando están perdidos. A mí no me importa preguntar, pero prefiero no detenerme.
Billy Graham solía contar una historia de algo que le sucedió al principio de su ministerio. Acababa de llegar a un pequeño pueblo, y había sido invitado a predicar en un servicio de avivamiento nocturno. Graham tenía algunas cartas que enviar, así que le preguntó a un niño si podía indicarle el camino a la oficina de correos. El joven le dio la dirección. Graham le dio las gracias y se dirigió hacia la oficina postal. Pero luego, impulsivamente, dio la vuelta hacia el joven y dijo: “Si vienes a la iglesia, esta noche, puedes oírme decirles a todos cómo llegar al cielo.” “No creo que esté allí,” dijo el niño. “¡Ni siquiera conoces el camino a la oficina de correos!”
Hay momentos en la vida en los que nos perdemos. Cuando se trata de nuestra fe, Jesús dijo: “Yo soy el Camino, La Verdad y la Vida.” Cuando arraigamos nuestra vida en la de él; cuando miramos a su verdad como nuestro ejemplo; y cuando sigamos sus caminos, nos encontraremos a nosotros mismos nuevamente, y nuestra dirección en la vida será más clara.
Nuestra oración de este día nos fue transmitida a través de los siglos. Viene de una colección de oraciones escritas en Inglaterra en algún momento de los años 1200. Se llama Sarum Primer – Oración de Autorecuerdo. Oremos:
Dios esté en mi cabeza, y en mi entendimiento.
Dios esté en mis ojos y en mi mirada.
Dios esté en mi boca y en mis palabras.
Dios esté en mi corazón y en mis efectos.
Dios esté en mi final y en mi revivir. Amén.
¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!